miércoles, 8 de agosto de 2012

TREE HOTEL EN HARADS, SUECIA

Un hotel en los árboles en el extremo noreste de Suecia, junto al pequeño pueblo de Harads, cerca del Círculo Polar Ártico. Tree Hotel se encuentra en un bosque de altos pinos con unas vistas espectaculares del río Lule. Las habitaciones de los árboles se suspenden 4-6 metros sobre el suelo y se puede acceder a ellas por una rampa, puente o escaleras eléctricas.
Concepto, fotomontaje. Mirrorcube construido en el bosque

Un total de 24 habitaciones se han planificado para esta área de bosque en los alrededores de Harads. En este momento el Tree Hotel ofrece cinco treerooms únicas, construidas en 2010 y diseñadas por algunos de los arquitectos principales de Escandinavia. Más habitaciones se completarán en este año. Además de las cinco salas en los árboles hay también una sauna árbol de hasta doce personas situada entre los pinos centenarios.
Cada habitación es única. No sólo la arquitectura sino también su mobiliario, iluminación y telas son diseñadas a medida. Las habitaciones varían en tamaño entre 15-30 m² con las habitaciones más grandes con capacidad para cuatro personas.
La habitación que nos ocupa, el Mirrorcube, es un emocionante escondite entre los árboles, un refugio camuflado por paredes de espejos que reflejan su entorno. Construido por los arquitectos suecos Tham & Videgård, sus dimensiones son 4x4x4 metros. La base consiste en un marco de aluminio alrededor del tronco del árbol y las paredes están cubiertas con vidrio reflectante para reproducir el bosque y el cielo. De este modo la caja desaparece en su entorno. El árbol se estabiliza al terreno mediante cables de acero.
Para evitar que las aves choquen con el vidrio reflectante, se coloca una película infrarroja. El color es invisible a los seres humanos, pero visible para los pájaros.
El interior está hecho con una superficie de madera de abedul. Las seis ventanas ofrecen una vista panorámica impresionante de los alrededores. El Mirrorcube ofrece un excelente alojamiento para dos personas con una cama doble, baño, salón y terraza en la azotea. Un puente de 12 metros de longitud de madera y cuerda, conectado a los árboles más próximos conduce a la treeroom.
La construcción de la sala del árbol así como las operaciones diarias en ella se orientan a tener un impacto mínimo en la naturaleza. Es por eso que cada habitación cuenta con modernas instalaciones respetuosas con el medio ambiente en cuanto a combustión, inodoros y sumideros de agua eficientes.
La construcción también se refiere a cómo el hombre se relaciona con la naturaleza, cómo usamos materiales compuestos y productos ligeros y resistentes de alta tecnología a la hora de explorar lugares remotos en los climas duros (Gore-Tex, kevlar, etc).


viernes, 3 de agosto de 2012

SALA PARA ARTE EN ZUMIKON, ZÜRICH

Una habitación para el arte en Zumikon, cerca de Zürich, construida en el año 2000 por los arquitectos suizos Andreas Fuhrimann y Gabrielle Hächler.
La propiedad está situada en un terreno suavemente inclinado hacia el suroeste, rodeado por un bosque en el sur. Hacia el oeste el terreno se abre para dar una visión clara de la Üetliberg bis Rigi. A finales de 1960 fue construido en la propiedad un edificio fuertemente influenciado por Frank Lloyd Wright, en especial por su Fallingwater House.
El nuevo edificio anexo se encuentra en el lado sur, frente a la edificicación existente, y se expresa como parte de todo el complejo a través de su posicionamiento y su estructura arquitectónica (apertura en voladizo hacia el sur y volúmenes cúbicos). Pero al mismo tiempo la nueva construcción, que se adentra en la tierra dejando parte fuera de ella, se distingue físicamente del bloque de vivienda previo, tanto en su materialización como en su formulación arquitectónica.
También puede leerse como un fragmento de piedra depositado en el jardín de la casa. La superficie ligeramente elevada es limitada al sur por el cubo de el jardín de invierno, que marca el borde del terraplén, y en los lados por dos lucernarios.
El agua de lluvia se canaliza sobre el cubo en una bandeja de agua contigua al jardín de invierno de modo que pueda ser reutilizada. Internamente, el edificio consta de una serie de habitaciones entrelazadas que se dirigen desde la bodega existente a través de la sala principal al jardín de invierno, sala ésta que se dispone ligeramente elevada.
La pieza central, la sala principal, está iluminada por los dos lucernarios (luz cenital) junto a los muros perimetrales y por el jardín de invierno (luz lateral).
Tanto interior como exteriormente la construcción aparece como un sólido puro, concreto y sin fisuras. La percepción de las imperfecciones producidas por el encofrado manifiestan su materialidad. Las aberturas se ejecutan con cristal sin carpintería.
Se trata de una pequeña construcción que aprovecha al máximo las cualidades plásticas del hormigón generando planos ortogonales. La luz baña los muros y prolonga el espacio tanto vertical como horizontalmente. Un interesante ejercicio proyectual y constructivo.